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El absentismo escolar no comporta necesariamente la existencia de un problema de tipo educativo ni social. Muchos adultos recordarán que en algún momento decidieron saltarse alguna clase sin justificación ni permiso, lo que coloquialmente se llama ''novillos''. No tiene la mayor importancia siempre que sea de carácter aislado y excepcional, pues no interfiere en el ritmo de aprendizaje del alumno.
Sin embargo, cuando estas faltas se suceden de forma reiterada y/ prolongada pueden originar retraso escolar y derivar en un fracaso escolar. Así, lo que era un mero problema educativo se convierte en un problema social.
Es un problema en el que intervienen factores educativos y fundamentalmente sociales, en cuya solución se precisan diversas medidas tanto de tipo educativo como social.
En los centros educativos disponemos como herramienta de medida el llamado ''Programa de Absentismo'', en el que se recoge las actuaciones de los centros docentes en coordinación con las Administraciones Públicas, poniendo en común recursos personales, materiales y de ejecución.
No olvidemos que si ya es importante la intervención temprana en dicho problema, más aún lo es la prevención del mismo (prevención-detección-intervención).
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